La pandemia de Covid-19 ha cambiado nuestro comportamiento, incluida la forma de viajar, creando nuevas tendencias en el turismo. Tras meses confinados en sus casas debido a la pandemia de Covid-19, los viajeros están sedientos de libertad y de actividades al aire libre.
Para respirar aire fresco y volver a conectar con la naturaleza, prefieren la montaña. Las cifras lo confirman: a 11 de junio, el porcentaje de camas turísticas alquiladas en las estaciones para la temporada de verano ya alcanzaba el 37%, con un pico del 46% en plena temporada (17 de julio - 20 de agosto). Así pues, el turismo de montaña en Francia está más de moda que nunca.
Lejos de las playas abarrotadas donde es prácticamente imposible atenerse a las normas, las montañas francesas son el refugio ideal para compartir momentos auténticos con la familia y los amigos. "El impulso de las reservas confirma el atractivo de unas vacaciones basadas en la naturaleza, el bienestar y la amplia oferta de actividades para todas las edades", explica Jean-Luc Boch, Presidente de laANMSM.
Ante la imposibilidad de viajar por carretera al extranjero, los turistas recurren a las cadenas montañosas francesas para aventurarse por senderos señalizados, a pie o en bicicleta. Una forma de turismo itinerante más sostenible, en línea con la tendencia del slow tourism.
Este último le invita a descubrir paisajes encantadores mientras se toma su tiempo para sumergirse mejor en la naturaleza que le rodea. Todo ello contribuye a aumentar el atractivo del Parque Turístico Nacional. El éxito del turismo de montaña en verano compensa también una temporada invernal en blanco, sin esquí alpino ni de fondo. Las estaciones de esquí se vieron gravemente perjudicadas por el cierre de los remontes.
